Sunday, July 01, 2012

El meeting de El Gran Wyoming en Alcalá


En defensa del intervencionismo de José M.Monzón Navarro en Alcalá de Henares. RKV1julio2012

No sigo tan estrechamente a nadie de la farándula pública como para informar al servicio de quien está o a qué oscuros intereses responde. De José Miguel Monzón Navarro (el gran Wyoming, lo de “gran” sobradamente demostrado y único título reconocido por una gran parte de la sociedad expectadora sin caer en la abolengonosis) hay que decir por de pronto que es uno de los pocos presentadores televisivos que se implica en sus programas y prácticamente el único que lleva más allá del plató su implicación personal en política. Valoro ambos datos como previas antes de analizar su speech público en Alcalá de Henares en junio del 2012. Como discurso no está nada mal y es coherente pero, como con todo, se puede mejorar. ¿qué es populista? Evidentemente, ¿qué meeting coreado por aplausos y consenso gestual no lo es? También se puede mejorar el comportamiento del público que ha trasladado los pitidos ybocinazos del espectáculo del fútbol a las reuniones vecinales para hablar de asuntos de política. ¿Qué el pueblo está alienado? Evidentemente, y, por si hay dudas de eso obesérvese el enorme parecido de conductas en actos públicos multitudinarios, vaya la cosa de temas serios como la estafa que ha arruinado a tanta gente o para hablar de quien ha ganado la eurocopa o la champion. El presentador en cuestión es uno de los pocos que me atrapa cuando hago zapping. Es un humorista de humor inteligente y más allá de sus afiliaciones, si las tiene y que desconozco, lo que cuenta de un discurso y de una intervención es el valor concreto de lo que se dice y de cada slógan: el de abajo la vergüenza y la mentira, en realidad basta de vergüenza y de mentiras o fuera los sinvergüenzas, es impecable.

Sea quien sea quien toma la palabra pública con carácter explicativo no se le puede ningunear por suponerle un rol instrumentalista. ¿Qué a donde conduce un speech denunciativo de un estado caótico de las cosas? Pues por lo menos a tomar más conciencia de ese estado desarreglado y peligroso. ¿No insistimos en la democratización de la palabra pública y a qué sea mas gente quien tome partido en la intervención política e histórica de un país? ¿por qué entonces ese rechazo a qué alguien de la farándula mediática lo haga? Comparto la crítica a un propagandismo populista como a toda ensalada de agitación y propaganda que no va más allá del inmediatismo denunciativo y no analiza la cocausalidad de los problemas, pero eso está por encima de la figura concreta o figura estrella que haga su discurso desde la tarima y está muy determinada-esa crítica- por el mismo formato de la palabra, el meeting, donde la posbiilidad de la discusión pública participativa de lo dicho ni siquiera es contemplada.

En cuanto la demagogia que se le aribuye el calificativo me parece inapropiado. Lo demagógico pasa por el recurso argumental y por las promesas a sabiendas que no se cree en lo uno y no se van a cumplir las otras; por eso la demagogia es de facto un atributo de las arenas de la política profesional y/o vocacional.En las posiciones reporteras, las del analista y crítico dentro de su arco, resulta un tanto dificil ejercer la demagogia por su cuota de poder menor o nula en lo que se refiere a intervenir en la planificación de un estado o país.

En esta sociedad multiespecializada las diferencias de roles son inequívocas, el del ojo público (que se hace desde el priodismo con mas o menos impacto e índices de audicencia) y el del ejecutante de cargos de poder son completamente distintos. Cuando a Egill Helgason, bloguero y reportero islandes haciendo de lo primero le propusieron pasarse a lo segundo para ver como lo haria, declinó el ofrecimiento para salvaguarda la posición de espejo crítico de la sociedad. Eso tiene una objeción de la posible inconsecuencia en la que caemos todos quienes somos observadores de la realidad en cuanto objetamos criticamente lo que hacen sus mandos negligentes sin demostrar formas alternativas de coexistencia social de las que no nos ocupamos porque seguimos fichando como miembros integrados en el sistema social que en muchos aspectos deploramos. Esa es otra discusión.

Un personaje público es vulnerable a toda clase de criticas (que en parte tampoco le llegarán) como es el caso del periodista-humorista del que hablamos por mantenerse en los medios televisivos durante décadas sin renunciar a su oficio contrapuntístico poniendo en evidencia las tramas de las mentiras y contradicciones. Esas tramas son independientes de las coyunturas, de los regímenes políticos y de las bonanzas económicas o no. El itinerario y talante crítico de Monzón viene de bastantes décadas atrás ejerciendo bajo otra férula político.

¿A dónde conduce en realidad una critica o más concretamente este tipo de crítica? (pregunta repetida) Respuesta: si está bien construida, a encontrarle sus criterios metodológicos gtransportables y útiles para todo momento y lugar, sea quienes sean los que estén en el gobierno de la politica o despolítica de un país.

Cuanta más gente de la galería del estrellato intervenga públicamente desde la critica social bien construida más aliados tendrán los movimientos reinvindicativos por un mundo mejor y por una politica mejor, ambas perspectivas perfectamente posibles y totalmente deseables.



Tema relacionado: http://jesusricartmorera.blogdiario.com/1341151933/

Wednesday, October 14, 2009

Almacenes de Reciclaje

Almacenes de Reciclaje.
En los USA, el país más poderoso del mundo (afirmación, desafortunadamente para muchos, todavía vigente) y cuyo largo itinerario industrial ha procurado stocks y productos de todo tipo se vive velocidades distintas del consumo. Más allá de los almacenes y tiendas con los primeros precios hay otros muchos como los de Volonteers of America o los de Salvation Army que venden a precios simbólicos casi, artículos usados o fuera de serie por tener alguna tara. Son los almacenes a los que acuden las personas con menos recursos económicos: negros e hispanos fundamentalmente aunque también población blanca oriunda a la que no se le caen los anillos por ir a sus instalaciones. Hay otros locales y cadenas como Family Dollar o Dollar que son de pvps bajos con artículos de importación de Asia y a precios muy asequibles.
Los almacenes de reciclaje tienen no solamente la ventaja económica con respecto a los grandes hipers con productos novedosos, sino también la ventaja de conseguir artículos, diseños y objetos que están fuera de uso y fuera de los circuitos comerciales dominantes. Este tipo de almacenes demuestran la necesidad de los reciclajes; necesidad cada vez más creciente en tanto los stocks son mayores y la historia de sus producciones más larga. También permiten vivir la vida diaria a costes más bajos que en Europa.
Los almacenes y antes que ellos las explanadas de mercados ambulantes o puntuales de objetos usados es un fenómeno inherente a la expresion mercantil del crecimiento, cualquiera que sea el tipo de desarrollo. Como tantas otras cosas los estados no intervienen o intervienen a menudo negativamente para que este tipo de mercados paralelos para los más pobres no disminuyan las ganancias de los primeros mercados para los bolsillos más solventes. La cuestión es esta: la industria viene produciendo más cosas que la demanda poblacional logra satisfacer. El problema principal a escala planetaria no el de las carencias sino el de los superávits, el hecho de que hambrunas puntuales por catástrofes o sequias reduzcan por debajo de mínimos las necesidades alimentarias no hay que hacer perder de vista la ecuación antes enunciada industria=mas producción de la necesaria en términos matemáticos. Con esa premisa no se explica la cantidad de desajustes en los accesos a mínimos que muchas personas tienen. No se explica que los productos básicos alimentarios como el arroz de países enteros (en el oeste africano para citar un caso) dependan fundamentalmente de las toneladas de exportación enviadas desdeThailandia. La población consumista juega el papel de comparsa de los acuerdos entre estados en lugar de asumir su destino auto organizativo generando los productos fundamentales in situ.
So bien el comercio internacional es necesario no se puede ignorar la fatalidad cultural en no desarrollar los recursos de lo básico país. Toda falta de capacidad autógena termina por generar dependencias indeseables. Por su parte los estados que están más preocupados en bienes exteriores terminan por no intervenir en los cambios actitudinales de las poblaciones. El consumo del arroz blanco hay que interpretarlo como una patología cultural teniendo en cuenta otros productos agrícolas alternativos mejores. A esa patología cultural a su debido turno hay que añadirle otras patologías físicas por déficits nutritivos.
Lo mismo se puede decir de cuantiosos productos con el cuero y con los tejidos que no paran de ser novedosos mientras los viejos son obsoletos o arrinconados. Su reutilización en el estado en que quedan o su reciclaje tomando sus elementos descompuestos para hacer otros nuevos objetos permite vivir con dignidad a no pocas personas. No estaría de más que los aparatos de estado en sus instituciones descentralizadas, especialmente desde los poderes locales, se tomara en serio estas formas alternativas de uso de las cosas. El problema social mayor no es la falta de cosas en sí sino la falta de acceso a ellas. En lugar de permitir el espectáculo un tanto deplorable de ancianos y rebuscadores recogiendo cosas todavía empleables por los basureros, una reconcienciación social tanto de los que las tiran como del sistema de recogida municipal que existe, podría facilitar su entrega a los almacenes para otros usuarios. Es cierto que eso no está exento de una cierta dosis de altruismo y delicadeza por parte de quienes las tiran cuando todavía son útiles y de pobreza por partes de quienes las usan. Su normalización allanaría las distancias. Tal como está el consumo hoy día se pueden encontrar cosas más baratas y de mejor calidad en establecimientos de segunda mano que en otros de primera que vienen defectuosas de fabricación. Se puede hablar tanto de productos sólidos como ropa o muebles así como otros perecederos tales como comida. François René Chateaubriend dijo que casi todos los crímenes que se castigan se deben al hambre. No es cierto o eso ya dejó de ser cierto. La mayor cantidad de delitos son contra la propiedad privada al ambicionar estatus de los que se carecen. En todo caso es el hambre de codicia lo que puede estar detrás de una buena parte de ellos. Dentro de las paradojas sociales hay una muy curiosa: se castiga el ultraje a las propiedades y a las personas pero no a las causas de los males. Tener una enorme cantidad de objetos o propiedades o despensas que no se usan frente a quien tiene carencias de todas ellas puede resultar insultante si además se dejan perder o se tiran sin antes compartirlas o darlas es un mal, aunque no sea intencional, patente. Fray Luis de León dijo que para hacer mal cualquiera es poderoso. También los más miserables hacen ostentación de falta de solidaridad por lo que no afirmaré que el individualismo sea un atributo de las clases más pudientes. Cualquiera que tenga algo que puede ayudar a una segunda persona y en lugar de eso la tira malográndola comete alguna clase de crimen contra su prójimo pero eso no es punible legalmente.
Cada localidad de una cierta envergadura numérica debería tener su almacén de reciclajes: desde piezas de maquinaria industrial o maquinas de modelos obsoletos (ordenadores o tornos) a ropa de todas clases a comida caducada pero que puede tener un uso para personas o animales (Weissman en los estados unidos regala semanalmente sus productos lácteos caducados de fecha pero aptos para el consumo).
La vida, a pesar de lo corta que decimos que es, es lo suficientemente larga como para vivir todas las secuencias. Cuanto más tiempo biográfico se tiene acumulado más viejo se es, detalle que los demás confirman más de lo que uno subjetivamente se siente. Todo el mundo quiere llegar a viejo pero nadie quiere serlo dijo Martin Held. En todo ese tiempo de vida no hay nadie que uno pasa por multitud de espacios y pasan innumerables cosas por sus manos: unas se agotan, otras lo cansan. Antes de destruir un objeto usado vale la pena recordar si puede ser reutilizado total o parcialmente por otra persona.
Una sociedad con plantas y espacios de reciclajes lejos de ser un indicador de pobreza lo es de cuidado con las energías dedicadas a todas estas cosas lo que significa un respeto cuidadoso con quienes las construyeron o dedicaron su trabajo a hacerlas.
No hay ayuntamiento con perímetro municipal suficiente que no pueda dedicar una ubicación a un proyecto de este tipo. Todo es cuestión de empezar, tal vez un día al mes puede ser una buena pauta para empezar y luego puede ser una vez a la semana para serlo finalmente cada día. Evidentemente tendrá que enfrentarse con los intereses comerciales de quienes quieren dedicar solo a las ventas de trinca. Por otra parte un espacio de este tipo también podría ser polivalente dedicando otro día periódico para el trueque de objetos sin que intervenga el dinero como procedimiento de pago. Un ayuntamiento que se destacara en estos términos bien podría recibir los premios ecológicos que existan para estimular comportamientos de sostenibilidad de este tipo.

Cobertura wifi urbana

Cobertura Wifi.
Aunque en no pocas ocasiones toca darle la razón a Ezra Pound cuando afirmó que gobernar es el arte de crear problemas con cuya solución mantener a la población en vilo, hay que suponer en la buena fe de algunos gestores de poder o estrategas de palacio, es decir en un porcentaje relativo para mejorar la calidad de vida de todos.
He aquí una propuesta: la de internet gratuito para todos los ciudadanos que pide más que un rato de reflexión.
Empecemos por recordar que la democracia electrónica como concepto ya ha venido siendo defendida aunque no suficientemente como idea extendida. Falta articular las posibilidades técnicas de accesisibilidad comunicativa de cada ciudadano a su gobierno local y progresivamente al gobierno de todo el país. La democracia política será una quimera mientras la democracia tecnológica no facilite al día la opinión y las reclamaciones de la sociedad ante las depositarias de la gestión de sus presupuestos y recursos. Entre tanto la informática punta va avanzando y las posibilidades de comunicación, al menos desde el punto de vista tecnográfica y tecnovisual, van creciendo. La cobertura wifi permite la conexión a internet sin pasar por la conexión del cable específico de ordenador a servidor. Es así que hay bibliotecas que lo ofrecen y ciudades (Amposta, St Julia de Loria por citar algunas donde lo he usado) que ya tienen puntos abiertos de sus perímetros desde donde poderse beneficiar de ella. La cobertura wifi es un campo de onda que no depende de tener que estar dentro de un local, tal como una biblioteca. Por razones de seguridad y otras en las que no hace falta entrar una biblioteca proporciona una clave de acceso pero a cambio se obtiene su gratuidad. Hoy día es posible ya técnicamente tener puntos de cobertura wifi las 24 horas sin tener que acceder a un local para ello. Desde el momento en que varios centros oficiales de una localidad la ofrezcan y con una potencia suficiente que alcance al extrarradio del local es probable que toda la localidad tuviera cobertura wifi sin tener que hacer contratos privados domicilio a domicilio.
La oferta de internet es, por supuesto, otro de tantos negocios modernos y las compañías ofrecen planes de conexión a distintas modalidades y precios. Dependiendo de los países todavía no hay tasas asequibles para todo el mundo. Hay zonas de España en que los contratos tienen precios altos.
Su comercialización preferencia el contrato individual a las posibilidades colectivas. Es así que se las ingenia para que un solo servicio que podría servir para toda una comunidad de vecinos la tenga que pagar cada uno de ellos por separado. Alguna gente espontáneamente no blinda su conexión wifi a internet y deja libremente que sus vecinos se aprovechen de ella.
Esa forma de individualizarlo todo no es nueva: una misma antena parabólica podría servir para lo receptores de todo un edificio o sería suficiente con un solo decodificador. En la práctica cada tele tiene su antena creando esos pintorescos bosques de ellas en las azoteas creando unos de los perfiles de las ciudades modernas tantas veces ridiculizado. El individualismo exagerado contra quien primero se vuelve es contra cada individuo que tiene que pagar por todo sin considerar ni siquiera la posibilidad de repartir gastos unificando recursos.
Volvamos a la cobertura wifi. Su posibilidad existe. Basta que los ayuntamientos la vayan asumiendo y su contratación y su extensión la costeen y desarrollen como parte del presupuesto municipal. A través de internet pasan muchas comunicaciones incluidas las voces por teléfono.
Así mismo puede ser una iniciativa ofertada por entidades particulares, asociaciones vecinales o partidos políticos. De hecho esa iniciativa ya forma parte de la oferta de calidad que proporcionan muchos establecimientos a sus clientes tales como hoteles o restaurantes. He usado cobertura wifi en Kaolack y en Niamey sin tener que pagar específicamente por ella a cambio de hacer consumiciones en los locales que lo ofrecen.
Nos consta que hay una demora en la extensión de este servicio no por razones económicas ni por complicaciones tecno sino por una cierta resistencia del poder en facilitar herramientas de comunicación –y por tanto de lucha y auto organización- a la sociedad a través de los vecindarios. De otra parte los ayuntamientos modernos desde antes de la tecnología wifi ya vienen creando centros de conexión internáutica que facilitan, a menudo gratuitamente, en diversos puntos de la ciudad. Ciertamente el sector comercial de los establecimientos de cyber, que negocian con su conexión privatizada a la net y que tienen un margen de beneficios porque todavía hay mucha gente que no tiene ordenador personal, no es un sector muy fuerte y no puede presionar en contra de la propuesta de la cobertura libre para todos. Cabe prever que a medio plazo el número de gente con su ordenador portátil se habrá cuadruplicado o quintuplicado y que la escena de alguien trabajando en una terraza de un bar o en el césped de una plaza será una imagen delo mas cotidiana. Hay que celebrar esas escenas por lo que de madurez comunicativa supone en las personas y capacidad técnica de conectar cualquier punto p de la geografía terrestre con cualquier otro punto p’. Solo habrá que lamentar que la antigua escena bucólica de alguien manuscribiendo su poema amparado en la sombra de un árbol se habrá perdido para siempre.
Orígenes propuso que la educación infantil consistiera en enseñar a los niños a investigar por sí mismos. Los planes de educación siguen fracasando por no seguir tan sabio y básico principio. No solo eso, la sociedad adulta también fracasa por qué no poca gente se ha acostumbrado a que le den todas las opciones sin buscarlas y sin plantearse nunca la investigación de recursos, soluciones e informaciones por cuenta propia.
La recursividad dad internáutica es por lo que hace a fondos informativos socializados algo tan fundamental como el andar o el hablar para la vida fisiológica y relacional.
Las instituciones y ayuntamientos y en general grupos y personas con sus conexiones a internet puede ofertarlas, es decir, compartirlas, a sus campos inmediatos de vecindad permitiendo mayor accesibilidad para todos.
En una situación ideal para un tren de consumo y velocidad de datos suficientemente rápida nos podríamos beneficiar de la cobertura wifi de 24 horas sin tener que pagar por ella desde cada casa particular.

Saturday, September 05, 2009

Prostitución con Garantías

La prostitución garantizada[1].
Por unos prostíbulos legales socialmente asumidos

De la prostitución han surgido diversas leyedas negras. Se la ha visto como la forma más visible de los pecados mundanos y uno de los submundos más barriobajeros. La moral transversal de distintas épocas la ha vilipendiado y los gobiernos han querido atajarla. Lo cierto es que su presencia ha sido una constante en todos los periodos: los de crisis y los de abundancia y que cada propuesta para reglamentarla o reprimirla fracasa. No hay que consultar al oráculo de las profecías que la decisión de sancionar a los clientes y no solo a las prostitutas tampoco acabará con el fenómeno. Invito a una lectura y a una reflexión del tema desvistiéndose de prejuicios tomándolo como una realidad sociológica sobradamente persistente. Antes hay que recordar que dos de los descalificativos más severos que siguen persistiendo en el vocabulario vulgar tienen que ver con la prostitución: “puta” sigue siendo equivalente de traición y trampa e “hijo-de-puta”, sigue siendo la frase que se usa que quiere indicar lo peor del otro. Estrictamente los hijos paridos por prostitutas lo son de padres desconocidos -o desentendidos- están abocados a vidas insuficientes. Ni el de puta como oficio implica que todas sus profesionales opten por las malas artes ni el hijo de una puta tiene porque ser mal parido y abocado inevitablemente al dolor y a la tragedia de la que se hará palanca para extenderla a los demás. La expresión se usa para toda clase de situaciones y también para hijos nacidos de buenas familias que han hecho sus fortunas con el enredo y la estafa. Lingüísticamente no tiene más valor que el que tiene: ninguno, aunque popularmente en los enfados verbales fuertes se sigue tirando de esa terminología, entre otras razones, por falta de más luces y una grave escasez de literatura de la comunicación.
Que existe un temor a ambas palabras es obvio y que su reacción radical no se hace esperar también. En las muchachadas nacidas en democracia no se ha dejado de usar. A la que un chico se siente desairado por que una chica lo descarta prefiriendo a otro u optando por su libertad sexual, la llamada fatal a hacerse portavoz del vocablo no se hace esperar, claro que para eso tiene que concurrir bastante obnubilación y mediocridad en el que con ese uso trata de insultar. A veces me encontraba en cabinas o incluso en paredes pintadas del tipo: fulana es una puta. Y es que a la liberalidad también se la describe como puterío. Las oscuras leyendas urbanas nutren de deformidad palabras y expresiones que se apartan de su sentido originario. Es así que el mujeriego es el putero y la mujer provocativa puede ser etiquetada con la hipótesis de puta tan pronto se le conozca que anda con varios hombres.
Sabemos que eso no es cierto, de hecho todo el mundo sabe que la prostitución tiene unas reglas muy concretas y que es fundamentalmente una transacción comercial: sexo por dinero. Una mujer, por las razones que sea, pone sus agujeros a cambio de que un hombre alivie sus deseos y pague por eso. Si esa mujer goza o no con el tema o el hombre se da por suficientemente satisfecho ya es otro asunto. La variante de la prostitución masculina también se ajusta a este esquema aunque su popularización ha sido bastante menor. La persona que ofrece su anatomía para el placer ajeno a cambio de un precio económico no dista tanto de quien lo hace para conseguir favores (todo el arribismo y escalada de privilegios que pasan por la cama de los que tienen roles intermediarios de poder que facilitan o cierran la accesibilidad al éxito). Tampoco dista tanto de cualquier empleado que emplea su fuerza de trabajo a cambio de un dinero. La acepción generalizada de prostitución va más allá de tener un cuerpo de alquiler ante una demanda sexual. También se alquilan fuerzas de trabajo aceptando una explotación a cambio de unos beneficios económicos. Eso lleva a sospechar que muchos individuos célibes y con los agujeros anatómicos (simbólicamente) cosidos también han ejercido la prostitución al venderse. Decir eso tiene una connotación amonestadora. En realidad la condición de libertad de una persona le lleva a hacer actuaciones de todo tipo incluyendo las que van en contra de sí misma.
Se sobre entiende que la condición de puta no la quiere nada para su biografía pero eso está desmentido por la nomina no reducida de mujeres que se dedican a serlo como opción de vida. Los fenómenos colaterales más recientes de trata de blancas, turismo sexual que busca púberes en países miserables, esclavitud de inmigrantes que son forzadas a ejercerla no significa que deje de haber una parte del fenómeno que pasa por la voluntad de sujeto en subscribirlo.
Al discutir sobre la prostitución son muchas las discusiones en paralelo que hay y son varios los factores a tener en cuenta. Como en cualquier otro campo de transacciones comerciales, la transgresión a las leyes es perseguible y toda servidumbre en contra de la voluntad de la persona es punible pero atajado o contrarrestado eso, el fenómeno sigue y seguirá.
Las discusiones contra el tráfico de mujeres y el proxenetismo son suficientemente explícitas. Si bien managers y propietarios de espacios que ofrecen sexo explicito se consideran empresarios y no proxenetas y por su lado muchas putas de oficio diario se identifican totalmente con su profesión sin cargar con las culpas lesivas que la hipócrita mentalidad dominante les extiende. Pues bien si las personas que ofrecen sus caricias y copulas de pago han existido y seguirán existiendo ¿por qué en lugar de negar su existencia o prohibirla no se la regula racionalmente? Eso pasa por su rehabilitación. Desde la psicología social avanzada y los departamentos de asistencia social ya se viene denominando a la practicante de sexo profesional como de trabajadora sexual en lugar de puta. Efectivamente es un trabajo y esta es la palabra empleada en el medio. Aguantar y complacer a un cierto número diario de hombres hambrientos de sexo nadie negará que pase por un esfuerzo físico y toda una dedicación ambiental a este objeto. Por su parte, el cliente que no tiene donde mojar su pene por la sociedad restrictiva que le envuelve o por sus propios traumas la posibilidad de un aliviadero lo devuelve a su rol de normalidad como padre de familia o como empleado de lo que sea. Dicho en plata y pronto practicar sexo forma parte de la salud psíquica personal y en consecuencia de la salud comunitaria. Una sociedad que no practica sexo es altamente neurótica y potencialmente más explosiva. Visto así resulta que la prostitución ofertada viene a contribuir a un cierto sosiego general. Esto es tan evidente que las poblaciones carcelarias fueron consiguiendo su derecho al contacto erótico con sus visitantes para neutralizar el riesgo de sus patologías. Negar el sexo a alguien es un impositivo contranatural (no hay más que ver las profesiones religiosas que declaran no practicarlo para darse cuenta de la cantidad de deficitarios mentales que tienen en sus filas).
Constataciones irrefutables: Las necesidades sexuales son obvias y el oficio femenino en complacerlas a cambio de dinero es atemporal y constante. Dado que las unas no se resuelven en condiciones ordinarias (hay parejas estancas y cerradas que no las resuelven) y dado que esa oferta oficiante se presenta por multitud de maneras, la lógica consecuente es que haya un clientelismo. Dado que todo discurre dentro de una tolerancia semilegal ese clientelismo y las profesionales sean abocados a un bajofondismo y una semiclandestinidad además de efectos anticívicos totalmente reprobables y asquerosos. Los vecindarios de los barrios en los que las putas callejeras se ofrecen se quejan de broncas y ruidos y suciedad. A veces el sexo es practicado en la vida pública emulando a perros. Obviamente la sociedad represiva no está para aguantar escenas de este tipo (bastante le cuesta ver a enamorados acaramelados dándose besos de lengua en los parques) aunque quizás la liberalidad de un futuro remoto la consintiera, pero volvamos al presente limitativo: ante esa prostitución más atrevida de mujeres esculturales exhibiendo su cuerpo como mercancía que puede ocasionar incluso problemas de tránsito automovilístico, ¿Por qué no asumir consecuentemente la existencia de este fenómeno y ubicarlo en espacios razonables? El estado a través de sus instituciones apropiadas puede plantearse la articulación del prostíbulo público asumido como lugar en el que las profesionales puedan ejercer tranquilamente su oficio sin tener que jugar al gato y al ratón con la pasma. Pensemos por un momento en todas las ventajas de una propuesta de este tipo, una vez más dejando los prejuicios en el congelador por un momento: el control de la sanidad, la evitación de reyertas territoriales, la posibilidad de la independencia de las profesionales no teniendo que rendir cuentas a ningún macarra que las explote, la seguridad del cliente.
Sí, sí, lo ideal sería una sociedad madura en la que nadie se tuviera que prostituir por nadie (no solo en el campo de las ofertas sexuales si no también en todos los demás campos profesionales) pero mientras esa sociedad no llega (y la cosa va para largo) el salto de la permisividad ambigua a la aceptación absolutamente legal del derecho a ejercer la prostitución en unas coordenadas estables sería un gran avance. Indirectamente acabaría con la esclavitud de mujeres chantajeadas que mafias desalmadas las obligan a follar para pagar sus deudas. Esos prostíbulos o casa de sexo, e una sociedad mentalmente limpia, pasarían a tener una categoría rehabilitada. A fin de cuentas una profesional sexual puede iniciar –e inicia de hecho- a o poca gente en este apasionante mundo del placer erótico. Bien mirado, esa prostitución con garantías iría a favor de todo el mundo: de las prostis en primer lugar, de sus clientes y ayudaría a avanzar la perspectiva que la sociedad tiene del asunto. En la antigüedad la prostitución pública tuvo carácter oficial. Reprimirla ilegalizándola no hará más que agravar el problema.
E una sociedad más liberal en el que del sexo no se siga haciendo tabú y no la gente o se chantajee con el posiblemente esa oferta profesional se extinguirá, pero esto no lo veremos en este siglo. El ultimo mundo al que nos estamos acostumbrando de las relaciones fáciles y rápidas en el campo internáutico en el que se han normalizado actitudes y prosas de las que antes el usuario se avergonzaba, está cambiando profundamente las reglas de juego de las relaciones humanas. Por paradójico que sea la relación físico-sexual con alguien, aunque pase por taquilla, es un tato que sigue entrando dentro de lo directo y de lo humano. E estos momentos se estima que diariamente se crea 200 nuevos sites web de contenido erótico solo en los EEUU. La demanda del otro complaciente para practicar sexo está estadísticamente más que demostrada. Ordinariamente se ha dejado a la búsqueda de binomios o parejas la solución para esta demanda pero no todo el mundo consigue eso o pasa por tal búsqueda, es así que la prostitución sexual necesita el reconocimiento elemental de que es un servicio público. La discusión no es su necesidad más que evidente y su oferta más que repetida, sino su forma para gestionar las transacciones en un momento en el que la pérdida de inhibición general hay que tomarlo como un factor en positivo de la libertad humana.
No hay que contar demasiado con que ningún grupo de izquierdas tome esta propuesta como propio por temor a perder masa electoral. Se prefiere creer en soluciones radicales contra la sociopatología sin entender que la represión policial de un fenómeno no liquida las causas que lo produce. Las casas de sexo oficializadas dignificarían una ciudad y elevarían su cultura cívica porque además de neutralizar las variables indeseables (suciedad y broncas) darían oportunidades para librarse de la prostitución a las oficiantes que quisieran cambiar de trabajo.

[1] http://www.periodistadigital.com/foros/viewtopic.php?p=313254#313254

Friday, August 21, 2009

Reutilizaciones entre el vecindario

De lo sobrante que pueda ser reutilizado.
Desde hace algunos años venimos dejando cosas en el descansillo del vestíbulo que consideramos pueden servir a otros vecinos. Es así que nos hemos deshecho de una colección de videos vhs de dibujos animados, muchos cuentos de tapa dura, de bastantes libros pero también de otras cosas como una maleta u objetos de decoración, todo ello en condiciones de reutilización.
Por lo que hemos visto ese gesto ha creado un cierto seguimiento ya que otros vecinos también han dejado cosas que les sobraban. Por término medio las cosas desaparecen en menos de un día y como máximo duran dos. Alguien las recoge y habrá podido disfrutar de ellas. Nosotros mismos hemos aprovechado una bandeja de madera que contiene otras 3 de porcelana (por cierto, gracias al/a la donante).
Tal vez ese gesto de dar la opción a reutilizar cosas que ya no sirven para uno pero si útiles para otros pueda sorprender pero forma parte de una visión ecologista elemental. Antes de tirarlas al container para su reciclado no cuesta nada hacer ese gesto de donarlas anónimamente a quien le pueda interesar. El mismo criterio hemos seguido por lo que hace a objetos más voluminosos (una bici, un mueble de despacho o una tele, pero que hemos dejado junto a los containers cercanos con notas informando de que el mueble estaba entero, la bici necesitaba poca reparación y la tele solo necesitaba resintonizarla. Las tres cosas desaparecieron antes de que pasara el basurero).
Nos parece que si una cosa puede ser útil para otra persona no hay porque enviarla a un proceso de destrucción. Lo ideal sería que los puntos de basura ya estuvieran como puntos de reutilización de lo reutilizable pro el vecindario próximo o en todo caso en las plantas de recicladero de cada localidad eso estuviera mas organizado pero como de momento no es así tener algo parecido a la cesta de lo sobrante es una buena manera de ayudaros los unos a los otros sin gastar un céntimo.
Creemos que hacemos lo correcto hasta que una última colección de libros la hemos visto tirada al parque por alguien que viene o vive en el edificio y que, obviamente, no está de acuerdo con el gesto de donar lo sobrante.
Conjetura uno: es alguien que considerará que no es cívico afear la estancia del vestíbulo con objetos que no corresponde estar ahí y ha intervenido para que no se convierta eso en un mercadillo.
Conjetura dos: es una neonazi que está en contra de todo lo que sea cultura y prefiere continuar con su analfabetismo a permitir que materiales gráficos ayuden a disimilillo.
Conjetura tres: ha tirado los libros por anticatalanista ya que se trataba de una remesa de libros en catalán (gramáticas y literatura).
Conjetura cuatro: no tenemos una cuarta conjetura.
Tenemos sospechas de quien se trata pero con eso no pretextaremos convertir este texto en una investigación detectivesca. Cuando nos cruzamos con esa persona retira la mirada por su sentido de culpa. El hecho induce a pensar en lo siguiente:
Crees que compartes ciudad y bloque entre gente bien nacida hasta que detalles como ese te hacen reconsiderar tal punto de vista. Es imposible que alguien que tira libros por la ventana al parque u otras cosas al exterior pueda acudir al argumento de incivismo por dejar cosas limpias en el descansillo. Es su modo particular de vengarse en contra de la felicidad de otros. Mientras va a mirárselo y se lo cura no olvidamos que en nuestro inmueble se han dado varias curiosidades con los años: colillas en los cuadrados de espera del ascensor en el garaje, el camarín con humo de su anterior usuario, un vecino que recibió un envío postal destinado a otro y no se lo dijo, el robo de revistas y periódicos en buzones, toldos quemados o ensuciados de pisos inferiores por vecinos de pisos superiores. En fin la comunidad residente no ganará el premio a la vecindad excelente del año, ni del lustro…ni de la década.
Invitamos a que los vecinos que les sobren objetos que les de pena tirarlos pero de los que se tienen que deshacer los dejen en stand by un par de días en el vestíbulo hasta que alguien se los lleve, si no es así luego pueden tirarlos al container que corresponda o llevarlos a sitios de reciclaje (en la bibliotecas se pueden donar libros y en algunas partes como los centros culturales hay cestas de libros viajeros o sin dueño para que circulen de unas manos –y ojos- a otras.
Puesto que el individuo tiquismiquis que no puede soportar un objeto de más en el descansillo está en su derecho de rechazarlo ya que es copropietario del lugar puede replicar con sus argumentos los nuestros y de deshacerse de las cosas dejadas sin darle la oportunidad a otros que las usen pero que no las tire al parque. Ya sabe, si es creyente, que le espera el infierno y si no lo es, lo de creyente, le espera seguir con su vida de rencores a no ser que dé un pequeño empujoncito a su vida para crecer.
Hay países más ricos que Catalunya como los USA en los que la costumbre de deshacerse de cosas por mudanzas de casa o reformas es habitual. Es así que existen los garden market o los garaje market en los que anunciados con pasquines por las calles de alrededor hay quien hace un despliegue de todas sus cosas sobrantes que venden a precios supermínimos. A unos amigos que por razones de la crisis deben cambiar su gran apartamento por uno con la mitad de superficie y que les va a sobrar una enorme cantidad de objetos les hemos sugerido esa opción. Como vivimos en un país en que la gente se pone todavía roja por ser descubierta in fraganti en sus verdades es una propuesta difícil de seguir. No deja de ser curioso que por todo lo que hace a Second hand España sigue resistiéndose a su empleo, algo que países mucho más ricos vienen practicando desde siempre.
Con el permiso de analfabetos y antisolidarios esperamos que se siga practicando esta forma de regalo anónimo y que quien ha tirado esos materiales al parque vaya a recogerlos y los devuelva de donde los cogió. Si al mundo le sobra algo totalmente rechazable, esto sí, no reutilizable, es su gente destructiva. Su desaparición aumentaría la cuota de felicidad colectiva.

Saturday, May 23, 2009

La praxis de los huevos fritos


La praxis de los huevos fritos. JesRICART
En la cocina se aprende mucho. La cocina americana trató de hacer de dos espacios: el salón y la cocina propiamete dichos uno solo. Acabar con su separación significaba acabar con la sede de los señores y la de los sirvientes como ubicaciones separadas. La cocina americana aparte de socializar esos dos espacios también indicaba que el guiso no necesitaba de grandes ollas o perolos ni de procesos largos de cocción o humos grasientos, significaba una nueva forma de guisar mientras se podía compartir la conversación y se colaboraba. La cocina activa permite crear los propios guisos y tomar distancia de la comida enviada a domicilio, los catering o los restaurantes. Todo eso tiene sus ventajas aunque nunca he entendido muy bien eso de llamar al pizzero para que venga con la moto o pasarse por un restaurant chino y tomar comida para llevar en lugar de preparar los propios guisos. La pizza es un recurso muy socorrido que no rompe una velada en que los amigachos juegan a cartas o al mentiroso y eso es lo prioritario. Prefieren comer algo prefabricado quo guisar una tortilla de patatas algo que lleva mucho rato. Guisar en casa es un acto creativo que pone a prueba la imaginación de los cocineros y supone el salto de la mesa de comer al mostrador de las elaboraciones que es tanto como decir el salto del rol de recibir al de dar. La mitad de patologías preadolescentes se ventilarían de un plumazo si las criaturas en lugar de estar estacionadas fosilizándose ante la tele tuvieran un rol activo en la cocina. La mitad de conflictos de pareja se verían disminuidos si ambos hicieran de la cocina el tajo de trabajo a compartir para ir ejecutando lo decidido en igualdad de condiciones.
Ese lugar preparado para guisar es el laboratorio desde el que transformar materias primas y recrear los comestibles para convertirlos en platos de primera. La receta más elemental puede ser un viaje de placer o una fatalidad. Huevos fritos con patatas fritas, que es lo menos que uno puede saber hacer puede llegar a ser un plato para concurso si se sabe dejar los huevos en su punto y las tiras de patatas en el suyo. Como todo hay que dedicar el tiempo necesario, elegir los materiales cuidadosamente, el aceite, la pizca de sal. La inventiva masculina puede empezar con ese plato sencillo procurando que el huevo no se estrelle rompiéndose la yema ni salpicando al echarlo al aceite caliente, en cuanto a las patatas hay dos modos de hacerlas dejándolas duras y crujientes o blandas resultando un hibrido entre fritas y semihervidas. El demandante de la titularidad de independencia, especialmente el soltero independiente tiene que enfrentarse al mundo dominado dentro de los haceres culinarios al menos el de los huevos con patatas fritas. La sopa de cebolla y la tortilla de cerveza también le pueden salvar la vida pero lo más socorrido es lo antedicho. Sabemos que lo más hispánico es la tortilla de patatas pero eso requiere de un arte de curso avanzado, la tortilla a la francesa (con perejil, mejor) puede ser un intermedio entre los huevos fritos y la tortilla de patatas. Hay un antes y un después en saber hacer un par de buenos huevos fritos. Quien llega a la edad adulta sin este conocimiento está condenado a la miseria intelectual y al más extremo ridículo. “¡¿dónde vas a ir tú si no sabes hacerte ni un par de huevos fritos?!” han exclamada varias generaciones de mujeres contra sus maridos insinuando largarse de casa. El huevo frito tiene una aureola polémica. Raramente es ofrecido en los restaurantes ya que ha pasado a los anales de la historia de la cocina como una antigualla. En Puerto Santa María en un restaurante playero todavía lo sirven con la postal romántica del mar delante. Es lo que se pedía u ofrecía como alternativa si no había nada más en la cocina. Siempre quedaban un par de patatas aunque estuvieran grilladas y un par de huevos aunque estuvieran arrinconadas para llenarle el buche al comensal que llegaba fuera de horas y hambriento o al vegetariano que no podía comer un segundo de carne. Ahora es un plato olvidado o solo porque es sinónimo de comida de baratillo sino porque también tiene algunas objeciones por lo que hace al abuso del aceite. Recuerdo que mi experiencia campestre con los huevos fritos fue frústrate. Los curas de un colegio de una orden de la que nunca más se supo, -a la postre una secta católica[1]- nos llevaron a los alumnos de excursión. El director del centro vino con una cargamento de cientos de huevos para alimentarnos a todos y unos cuantos kilos de arroz blanco. Objetivo: arroz a la cubana, resultado: arroz crudo con huevos requemados y salados. Fue una gran lección. En aquel cole estuve cinco años pero nada me enseñó tanto como ese encuentro con el arroz duro clavándose en las encías y tragado como arenisca y unos huevos que hacían crec crec al masticarlos por el lado de la yema ennegrecida y la bola de la yema tan compacta que hubiera servido de iniciación al golf. Todavía recuerdo el mal gusto de la comida que por supuesto tuvimos que comer bajo la vigilancia de un profesorado malévolo y sádico gozando de cómo críos de menos de 10 años teníamos que aguantar su fechoría. Y es que los actos culinarios pueden ser las más excelsas propuestas de creatividad o por el contrario los viajes alquímicos a la sublimidad y a los placeres del paladar.
Contra las viejas costumbres de esperar a que el aceite estuviera hirviendo o humeante yo me acostumbre a echar el huevo en la sartén uso segundos después de ponerla a calentar, es decir con el aceite frío. Tuve que discutirme con madres y suegras para demostrar in situ que era posible hacerlo de esa manera por una ley química obvia, la de la o mezcla de los dos elementos. Por obra y gracia del calor la clara traslucida se va trasformado en blanco y la yema se va revistiendo de una patina. Esta yema puede ser más o menos hecha vertiendo encima con una cuchara el aceite caliente. El huevo frito resultante puede ser presentado con la yema semicruda lo que permite ser chupada con el migajón del pan. Ese gesto, universalmente conocido, el de chupar la miga del pan en el huevo, es lo que da categoría al comensal de su primitivismo subsistencial en el que no hay intermediario entre los dedos y el alimento, desmarcándose de los gestos finolis de otras clases sociales. Tiene concomitancia con el uso del pan chupado en otras salsas pero hay una diferencia crucial, el que hunde el pan en la yema experimenta un sentimiento de la penetración de una virgen, el descubrimiento de una estrella no apuntada en el planetarium y el sabor que retrotrae a la infancia. Sí, es un acto de regresión ¿y qué?
El huevo frito es uno de los primeros actos alquímicos dada la completa transformación de los elementos en un máximo de brevedad que demuestra que todo es posible. Contra la objeción al exceso de lípidos, se puede hacer con un mínimo de aceite y con una tapa para evitar la evaporación (por cierto el huevo frito también se puede hacer hervido, que no estrellado, con una capa de agua). Con la sal no hay que pasarse nunca, tres microgranos sobre la yema bastan. En cuanto a las patatas fritas hay que hacerlas con amor, como todo, aquí sí que hay que esperar que el aceite este más caliente para echarlas. Una vez de tarde en tarde, 3 o 4 veces al año por indicar una frecuencia no problemática, reactivaran la memoria celular y estomacal de ese placer un tanto marginado por la industria de los comestibles envasados que por cierto nunca ha logrado emular una exquisitez de este tipo. No se entiende que en una cultura mediterránea hayan triunfado las heladerías, las churrerías, los frankfurts, los panini y las pizzerías y en cambio no las expenderías de huevos fritos y tortillas pero si hemos sobrevivido sin ellas hasta ahora lo seguiremos haciendo. En las cocinas domésticas se cuecen las verdades. ¡qué ningún hombre desde sus primeras edades en las que le despunten hormonas y otras cosas, se quede sin aprender este plato! ¡Que ninguna mujer le pueda increpar nunca que no sepa hacerlo lanzándole el mensaje subliminal de que no saber prepararse un par de huevos fritos es tanto como no tener huevos para otros enfrentamientos biográficos!
En una época en que se ofrecen cursos para todo se echa a faltar que en los centros y ateneos culturales no se propongan clases de cocina de lo básico para hombres no del todo emancipados y culinario-dependientes que sufren de una severa disociación entre sus exigencias de paladar y su incapacidad en prepararse la comida. Al sentido del gusto y los placeres que proporciona cabe añadir el sentido de la creatividad y el placer que procura guisar lo que se desea.

[1] Me refiero al Colegio Cristro Rey de Cerdanyola. ¿Con este nombre qué se podia esperar?