Monday, March 09, 2009

El correo voluntariamente desprivatizado

El correo unipersonal desprivatizado.
La carta personal admite una comparación al poema que también ha sido escrito por y para una persona o ha sido inspirado por ella. Ambos registros expresivos acarrean con una dosis de personalización pero que manejan contenidos universales cuando sus contenidos no se limita a una detallesca superficial que solo compete a dos sino que tienen u valor objetivable para la literatura, para la historia de las letras y de las ideas. Si la poesía y las epístolas y diarismos inicialmente escritos en términos personales pasaron al campo de la publicación y tuvieron consumos extendidos por lectores y latitudes distantes, no veo porque al escribirla desde el primer momento no tenga porque contarse con esta hipótesis. Tal vez todo poema y carta privada en manos de un autor ya piense en esa perspectiva desde el momento en que es escrita. Puede ser guardada por décadas en el encierro de la privacía y llegado el momento catapultarla a alguna parte. No me gustaría dejar este mundo sin plataformar la publicación de todo lo que escrito incluyendo toda mi poesía y todas mis letras epistolarias sin excepción. No sé cuando voy a poder hacer eso y ni siquiera si voy a poder hacerlo en toda su integridad pero en todo caso lo que conservo o sigo conservando puede tener esa proyección tato más justificada cuando no todos los textos de estos dos tipos de géneros tuvieron la resonancia que había esperado en aquellos para quienes fuera escritos. La clave de esa resolución me la dieron destinatarios que no aceptaron serlo o se descartaron como corresponsales despreciando la consideración de mi discurso. De todos los rechazos recibidos la negación a ser leída o escuchada la palabra propia entiendo que es de los peores. El otro blindado prefiere quedarse con la idea a priori que tiene y hace un cierre absoluto con el diálogo, con el logos, con el intercambio, con la argumentística. Eso que en principio es un revés considerable ayudaba a una experiencia añadida no prevista: la de tomar una conducta ajena irreconciliable como un pretexto para escribir sobre ella a pesar de ella para usufructo de otros. No creo que sean pocas las cartas, poemas y canciones que no habiendo encontrado impacto en los destinatarios para los que fueron creadas (incluso sin que se hayan enterado de su existencia o la hayan buscado) pasaron a ser importantes contribuciones a la historia del pensamiento. A veces se escribe por y para personas ausentes, incluso muertas. Se escriben sabiendo que jamás van a ser leídas por sus destinatarios porque están muertos o en paradero desconocido. Aun así la descarga proyectiva que se experimenta haciéndolo está por encima del hecho circunstancial de su recibo. Otras veces se escribe y no se entrega lo escrito a la persona que ha inspirado esa reacción elaborativa por tener la convicción de que no va a ser leído, entendido o aceptado generando un impacto adverso en la relación que complicará más las cosas. He oído decir de personas amigas que según qué cosas no hay que escribirlas, tampoco decirlas, nunca. Que no quede ninguna prueba no sea que se pongan al descubierto actos a los que uno no quiere ser vinculado por los conocidos o la parentela. ¿Acaso hay alguien que no tenga cosas de su vida y de sus universos que esconder?
El pudor y una noción de decencia se mezclan con el secretismo, el sentido de la reserva y el temor a ser averiguado por los demás. Las cartas personales son para personas concretas mientras que los artículos son para divulgación pública. Cada cosa en su lugar pero no hay definición categórica tan estrecha que no venga permitiendo la viabilidad de otras posibilidades distintas para lo que algo ha sido escrito. No siempre las catas fueron para temas de lo personal. J.C.Friedrich Schiller escribió su ensayo Cartas sobre la Educación estética del hombre en forma de cartas unilaterales que fueron dirigidas al príncipe von Holstein-Augusteburg, aunque posteriormente publicaría en forma de libro. No tienen nada de información personal, son una vasta elaboración filosófica pero el destinatario pudo ser un pretexto ocasional para escribirlas antes de darle forma de libro para su publicación.
Lo que hace un objeto de valor objetivo un documento privado como es una carta es el contenido que tenga en relación a la interpretación de temas de interés general. La historiografía se basa en ellas para estudiar otras versiones coyunturalistas paralelas pero al margen de los textos públicos. Al escribir a una persona se escribe para ella y solo para ella, al menos en una primera interpretación pero no se puede descartar que se escriba para otras lecturas póstumas o para otros destinatarios. Es difícil que un/a escritor/a no tenga en cuenta la potencialidad difusiva de todo lo que escriba incluyendo sus diarios y sus cartas. Desde el momento en que sabe esto queda marcado por dos influencias: escribir pesado que un día u otro será leído por otros que no son el destinatario y escribirle con un cierto auto condicionamiento pensando en su publicación posterior. Las dos presunciones hacen del texto algo distinto a si no hubieran sido tenido en cuenta. Seguramente será más esmeradas y, dependiendo, del pudor de cada cual serán más o menos intimistas.
En el correo epistolario el otro no deja de ser un pretexto para la elaboración. Hay corresponsales que inspiran a la escritura y otros no. Esa función inductora no tiene porque saberla quien induce. La literatura es un plato dulce que invita a la degustación. Quien más placer saca es quien la saborea. La relación es la misma entre autoría y personaje. Un personaje inventado nunca jamás sabe que existe pero el autor puede dotarlo de inteligencia supuesta para que reflexione sobre sus atribuciones imaginarias.
Un atrevimiento importante y toda una transgresión en el campo de la confidencialidad seria/será los espacios en los que publicar cartas personales siempre que eso cuente con la autorización de ambas partes. Antiguamente dar orden de contención de las cartas escritas a una realidad postmortem indicaba un cierto pudor que la época actual podrá remediar más elegantemente.
Los dosieres de cartas adecuadamente presentados e introducidos pueden constituir documentos de época y formidables ventanas al análisis psico-cultural.

La taxa ecològica

La proposta ecologista de convertir les bosses de plàstic gratuïtes en bosses de pagament per intentar reduir amb aquesta mesura el seu volum troba la seva resistència. El recordatori ecologista fa de supraconsciència social que posa en evidència les negligències ciutadanes i col·loca el contrapunt per suggerir altres formes de consum. No es pot fer el debat d’ un us específic com el de les bosses per carregar la compra i que de pas publiciten l’ establiment on s’ ha aconseguit sense lligar-lo al conjunt de consums encadenat de la vida ràpida que funda la seva comoditat en una quota no despreciable de pèrdues. Des que es va abandonar l’ època en que es feia servir el cistell, la bossa de tela per portar el pa, la lletera per portar els petricons de llet i els envasos retornables es va anar consolidant una conducta mimètica de despeses creixents. Els consums tan massificats perjudicaven al volum de negoci amb els vells costums i es van trobar fórmules mes ràpides i aparentment més adients per la societat moderna. Des de la iniciativa privada dels mateixos magatzems s’ han fet temptatives per reduir l’ us de les bosses de plàstic proposant bosses més duradores de nylon o tela de cotó cru. Ara ho esta fent Carrefour i Lidl a mig i 1 euro. No sembla que enraigui el consum d'anar a comprar portant la pròpia bossa i quan es porta el carret de compra tampoc es renúncia a les bosses de plàstic. El material més comú de fabricació d’ aquestes és el polietilè i diverses empreses es dediquen al seu reciclatge. L’ us del plàstic despreciable no seria un problema ta ecològic com estètic si es tira al carrer i es deixa que el vent les faci ballar a una bada i a un altra. Barris sencers de Niamey tenen un aspecte deplorable a causa d’ això. Passa a molts altres llocs d' Àfrica. El problema ecològic estrictament ve donat quan no es fa separació de deixalles i es barreja el plàstic amb l’ orgànic. Anys desprès d’ haver fet compost casolà, amb el plàstic que s’ ha colat per negligència aquest continua com el primer dia. També hi ha un segon problema e el seu ús al malbaratar matèria prima en la seva fabricació quan perfectament és substituïble per la bossa de compra. Només cal tenir el costum de guardar-ne unes quantes amb prou capacitat a una de les butxaques de seient del cotxe o a un calaix de la cuina. Les bosses de plàstic deixen espais públics realment fastigosos, però segurament no és el plàstic més problemàtic el de les bosses encara que sigui el més lleig. La densitat i pes d’ altres plàstics que fan d’ envoltoris de productes alimentaris però també de tot altres tipus com articles de ferreteria potser genera un volum més considerable. Hi ha dues línies educatives: una la de minimitzar les bosses de plàstic tot potenciant les de tela o de nylon (les de paper, molt usades als USA comparativament son mes cares). Posar un preu a les bosses fis ara gratuïtes no seria una opció realment alterativa sinó aplicar un vell costum de pujar els preus d’ aquells consums pel fort increment en impostos que son tan per enriquir a l’ estat com per fer front des de les administracions dels impactes nefasts que produeixen el seu us. Es així que un percentatge alt del pvp d’hidrocarburs, tabac o alcohol se l’ endu l’ estat. Això sempre ha creat molta indisposició i critica però per altra banda, part d’aquests diners també s’ ha emprat per fer campanya en contra de la velocitat, la nicotina o l’ alcoholisme, a part de per pagar les instal·lacions hospitalàries per tractar a accidentats, addictes i malalts. La proposta de fer pagar una taxa per les bosses és completament ridícula si no va lligada a un programa de criteris de pre-ciclatge (els de fer la compra intel·ligent pensat amb el detritus que generarà cada objecte) però no es res ou si ho comparem a altres taxes ecològiques que tracten de preservar l’ impacte ambiental i fan pagar en funció del càlcul demostrat i no sols estimat d’ aquest impacte.
El plàstic no seria ta terrible si la fos útil durant la seva vida d’ us i quan tingués que ser eliminat ho fora en el procés adequat, des del contenidor on tirar-lo, Això es pot dir de totes les altres coses: les xatarres, els cartrons i el vidre. Es clar que tot això ha generat un nou tipus d’ indústria i uns treballs extres. El que s’ estalvia el consumidor modern e comparació a l’històric que anava amunt i avall amb l’ envàs per recarregar-lo o substituir-lo per la compra d’ un de nou, no li treu d’ anar amunt i avall amb les seves deixalles a la cerca del contenidor adient. S’ han de revisar els hàbits aparents que facil.liten la compra però no la vida. En la mida en que el planeta és un inventari de béns limitats i recursos a protegir les taxes sota l’ etiqueta d’ ecològiques tendiran a créixer. Tenir que pagar un euro per bosses de plàstic, del tipus de les que ara són gratuïtes, segurament s' extingiria a curt termini l’ hàbit del seu us, i la seva fabricació per aquesta funció a mig termini. Es clar que no sempre es porten bosses al damunt i a vegades cal comprar quelcom d’ urgència o s' aprofita fer-ho mentre s' ha fet un desplaçament o una passejada a peu. Seria un atracament a mà armada fer pagar tan per un plàstic que pesa pocs grams com pel que embolcallessin. Les mides antirobatori dels gras magatzems ha portar plastificar amb plàstics durs tot el que poden això és clar encareix el preu del producte. Toca interpretar el plàstic de bossa i el d’ emvoltori com un símptoma de la modernitat: una barreja de velocitat personal amb desídia i ignorància de la contribució passiva que des de la poca atenció es fa en contra de l’ entorn.
Teòricament les bosses de plàstic que s’ ha fet servir per una compra es reutilitza una segona vegada com a bosses de deixalles pels plàstics, llaunes i tetrabrics i punt. A qualsevol cuina hi ha moltes més bosses de plàstic acumulades que les necessàries per fer front a les seves necessitats. Cal dedicar un calaix expressament per elles o una bossa que les contingui apretades. És un maldecap extra que es pot estalviar tornar a l’ us de la bossa de compra de material durador. No es un detall insignificant en aquesta societat de l’ abundància on les coses es deprecien abans de ser amortitzades i es va a corre-cuita a comprar coses de trinca abans de fer servir les coses velles fins al final.